El conflicto en la empresa [II]

Antes de empezar, puedes ver que este artículo es la segunda parte de uno previo: El conflicto en la empresa [I]. Si no lo has leído, te recomendamos visitarlo antes!. En aquel post hablamos sucintamente del conflicto y de la importancia de la actitud a la hora de afrontarlo; de cómo la perspectiva de la gestión puede convertir un problema en una oportunidad. Hoy avanzamos un poco más presentándote una pequeña organización taxonómica de los conflictos que pueden surgir en el entorno laboral aunque, por supuesto, es aplicable a otro tipo de entornos. Es un pequeño índice que ayuda a identificar los diferentes tipos de conflictos. Veamos su clasificación:

Según su veracidad, los conflictos pueden ser:

1.- Reales: basados en hechos.

2.- Imaginarios: basados en suposiciones.

3.- Inventados: con una intención expresa.

 

Según los agentes implicados:

1.- Intrapersonales: ocurren en la mente del individuo.

2.- Interpersonales: se dan en la interacción con otras personas por temas de celos, poder, valores, expectativas, etc.

3.- Intragrupal: entre miembros de un mismo equipo por no compartir ideas, valores, formas de alcanzar los objetivos, etc.

4.- Intergrupal: puede ser muy destructivo y a veces se refuerza por el antagonismo y el ánimo de venganza.

 

Según el contenido:

1.- Relacionales: estos conflictos ocurren entre miembros de una familia, amigos o pareja.

2.- De interés: tienen que ver con las motivaciones y las necesidades de cada persona o grupo y con los recursos presentes en ese momento.

3.- Éticos: tienen que ver con la cultura y el entorno en el que ha crecido la persona, destacan por su complejidad.

4.- De liderazgo y poder: afectan principalmente a las organizaciones y pueden afectar al rendimiento y a la salud de los trabajadores.

5.- De personalidad: la personalidad es un conjunto de rasgos y cualidades estables que configuran la manera de ser de una persona y las  hace únicas, pero al ser un fenómeno poco flexible, puede ser la base de muchos conflictos.

 

Es importante, especialmente en entornos laborales, saber diferenciar a qué tipo de conflicto estamos asistiendo para poder buscar la mejor solución posible. Recuerda, lo que no se nombra no existe. Por esto es interesante diferenciarlos y clasificarlos, para entenderlos mejor y poder ponerles fin e, incluso, aprender algo de ellos. Esperamos que te haya ayudado!