Entropía cultural y personal

El porcentaje de entropía cultural -según Richard Barret- en una organización es la proporción de energía consumida en actividades improductivas o trabajo innecesario. En cualquier grupo humano u organización siempre hay un cierto porcentaje de entropía generado por acciones egoístas basadas en el miedo y la ansiedad de empleados, supervisores, gerentes y líderes que terminan desarrollando comportamientos disfuncionales [exceso de control, micromanagement, manipulación, culpa, competencia interna, etc.] que incrementan el porcentaje de entropía y disminuyen el nivel de compromiso de los empleados.

Por el contrario, cuando éstos muestran afecto, confianza e interés genuino por las personas; el ratio de entropía disminuye y aumenta el compromiso de los empleados, el rendimiento y la rentabilidad.

 

[Estudio realizado por el Richard Barret Values Center [relación entre la puntuación de entropía cultural y el compromiso de los empleados]].

 

 

¿Qué conclusiones podemos sacar?:

  1. El porcentaje de Entropía Cultural es un indicador clave de desempeño; cuanto más alto, mayor frustración y menor compromiso, cuanto más bajo, mayor nivel de compromiso y éxito financiero.
  2. El factor que más negativamente influye en el nivel de compromiso de los empleados es la entropía personal de supervisores, gerentes y líderes.

Entropía personal

La entropía personal es la cantidad de energía impulsada por el miedo que una persona expresa en las interacciones de su día a día y que normalmente se deben creencias limitantes relacionadas con:

  • El instinto de autoconservación que nos impulsa a hacer lo que sea para sentirnos seguros y protegidos y que puede derivar en comportamientos nocivos como control excesivo, manipulación, avaricia y la excesiva precaución.
  • El sentido de pertenencia: no sentirse aceptado y protegido. Podemos expresarlas en forma de culpa, intentar agradar en exceso, la competencia y los celos.
  • La autoestima: sentir no ser suficiente para obtener el reconocimiento o el respeto de los demás y que puede mostrarse en la búsqueda de estatus, de poder o enfocándose demasiado en nuestra autoimagen.

 

Todos operamos con algún porcentaje de entropía personal que debemos aprender a gestionar. No hacerlo puede implicar que además de limitarnos a alcanzar nuestros objetivos personales, reduzcamos el nivel de compromiso del equipo y pongamos en riesgo sus objetivos y los de la organización.

Los mejores líderes muestran bajos niveles de entropía personal [0-6%] y buenas habilidades para trabajar con los demás [comunicación adecuada, accesibilidad, trabajo en equipo y resolución de conflictos, confianza, responsabilidad, equidad, etc.] además de operar con integridad, estar comprometidos con la organización y mostrar entusiasmo y una actitud optimista y positiva.

 

por Lino Pazó Pampillón

Basado en los estudios de Richard Barret