
20 Oct El liderazgo de los estorninos
Este pasado fin de semana visité el Museo de Arte Contemporáneo Español de Valladolid, el Patio Herreriano, y me encantó, entre otras, esta obra de Cristina Mejías: Aprendices Errantes. Una obra donde todo está conectado y que cobra vida según te adentras y te haces parte de ella. Más que contemplarla o visitarla la activas con tu presencia, haces que todo el sistema cobre vida. Además, según se van integrando más personas, va variando el funcionamiento y se activan distintas partes que hacen variar el resultado observado y que cambian los movimientos y los sonidos.
Una obra inspirada en el sistema de comunicación de las ballenas y en el apasionante vuelo de los estorninos. Estos últimos, cuando ya no tienen que proteger a sus crías y su objetivo es sobrevivir, ejecutan impresionantes danzas aéreas -murmurations en inglés- perfectamente sincronizadas. Sus movimientos son tan rápidos e inesperados que despistan a posibles depredadores y les impiden enfocarse y fijar la atención en una única presa. Durante años, teóricos, etólogos y físicos teóricos han intentado comprender y explicar el fascinante vuelo de los estorninos. En el año 2008 un grupo de científicos italianos, encontraron algunas reglas no escritas que siguen para crear tan fascinante espectáculo. Aunque sorprenda, todos vuelan a la misma velocidad gracias a una muy sofisticada comunicación no verbal. A través del ruido, la luz y la visibilidad el resto de los estorninos pueden conocer su localización exacta. En vuelo los estorninos tienden a seguir las siluetas oscuras de sus compañeros.
También hay un número clave, el 7. La dirección y la velocidad de cada uno, está relacionada con los siete compañeros más próximos en el espacio [capacidad perceptiva espacial]. Si algún miembro percibe una amenaza, en tiempo récord es comunicado a sus siete compañeros más cercanos, y éstos a los suyos y así sucesivamente y así todo el grupo está información al unísono.
Mientras visitaba esta obra, no podía evitar la comparación con los sistemas que veo habitualmente en las organizaciones:
– Es importante tener un objetivo común para alinear a todos los miembros.
– Es un sistema compuesto por otros que están interconectados y donde hay una influencia recíproca entre ellos.
– Dependiendo del contexto y de quién y cómo se active produce unos u otros resultados
– Solo se puede gestionar un grupo tan grande a través de instrucciones no centralizadas, de otra forma sería un caos.
– Es necesario tener equipos autónomos coordinados entre sí, integrados por personas capacitadas que saben o aprenden lo que hay que hacer.
– La comunicación es clave para mantenerse enfocados y adaptarse a los eventos que surjan
– El tamaño del equipo ideal [al margen de estudios, que los hay] está en torno a 7 componentes. Cristina refleja esto en una mano con 7 dedos. Este número representa el equilibrio entre una diversidad suficiente y una óptima capacidad de coordinación.
Gracias a Cristina Mejías por representarlo tan bien!